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La mejor forma de sentirse atraídos para visitar por necesidad vital los Paisajes Protegidos de las Comarcas Mineras, espero que sean las imágenes de bellísima naturaleza que contienen los álbumes 79 y 80 del Concejo de Laviana. La Senda Verde “La Aldea Perdida” es el homenaje al insigne novelista nacido en Entralgo o Entrialgo: Armando Palacio Valdés y se inicia en su Museo y Casa Natal. Son 45’ de un suave paseo, aptos para ir con los carritos de los niños, rodeados de una vegetación sorprendente que les hará entender el sentido de las palabras de Palacio Valdés cuando afirmaba “Se respira aquí una profunda ternura”.
Entre las hojas coloreadas por los fríos otoñales antes de caer, nos permiten ver al fondo la silueta de una de las montañas más emblemáticas de Asturias “Peña Mea”. El Ojo de Buey de este ciclope calizo de 1557 m. de altura es uno de los iconos de la media montaña asturiana que suscita más pasiones y será objeto del álbum próximo nº 80.
Antes de seguir recreándonos con las imágenes de esta guapísima senda, que seguro serán utilizadas como salvapantallas de sus ordenadores como parte de la Magia Natural del Concejo de Laviana, les daré unas direcciones web que les serán de gran utilidad informativa: www.palaciovaldes.com y www.ayto-laviana.es . En mi colección de imágenes de lo mejor de Asturias he dejado para el final estos Paisajes Protegidos de la Comarcas Mineras. Si Armando Palacio Valdés (1853 – 1938) puede ver ahora desde las nubes que rodean las cimas de Peña Mea, su amado concejo de Laviana, estoy seguro que se sorprenderá agradablemente al comprobar cómo después de la Revolución Industrial Minera y su posterior cierre, los mineros y sus familiares han sabido, con mucho esfuerzo e imaginación, mantener el fuego sagrado de sus costumbres y tradiciones, potenciando el equilibrio entre una afortunadísima naturaleza y sus nuevas actividades empresariales.
La Senda Verde “La Aldea Perdida” (novela que Armando Palacio Valdés escribió en 1903 preocupado por el daño moral que pudiera ocasionar a sus conciudadanos el materialismo de la Revolución Industrial Minera, que les hizo casi abandonar el tradicional sector agrario del que orgullosamente malvivían) tiene una longitud de 2,5 Km. y sus paisajes son descritos también en la novela “El Prado del Capitán” que les recomiendo leer si aún no lo han hecho.
El impoluto río Villoria acompañará su relajado paseo, observando como multicolores patos levantan su vuelo al asustarles su compañía. Si van con sus hijos pequeños les enriquecerá su absorbente mente esta agradabilísima experiencia natural. Durante unos cien metros el suelo de la senda junto al río es de rústicas tablas de madera que, si ha llovido hace poco, pueden ser resbaladizas por la humedad, les recomiendo que sean prudentes con sus pasos para evitar resbalar.
Como estamos llegando a Villoria les haré algunas recomendaciones: visiten su Puente Romano, la bellísima Iglesia de San Nicolás “Bien de Interés Cultural” y su colindante Tejo. El sábado día 15 de Noviembre, cuando recorrí para ustedes esta mágica e idílica Senda de la Aldea Perdida, estaban celebrando la Fiesta de la Castaña, con su amagüesto y sidra dulce, como están en Internet, sondeen las raíces e historia de esta guapísima población de la Edad del Bronce que tiene el honor de ser la más antigua del Concejo de Laviana. En www.penamea.com tienen toda la información del Restaurante Peña Mea, tel. 985 615 108, de Villoria, a 2 Km. de Pola de Laviana, que sólo abre los fines de semana ya que tienen otro gran restaurante con el mismo nombre en San Cucao (Posada de Llanera). En el agradabilísimo mesón con un horno de leña y asados les recomiendo que prueben el tradicional menú del Concejo compuesto de sopa de curruscos con tropiezos, cabritu con patatinos y de postre los bartolos, puras delicias gastronómicas con las que festejaron en 1808 la derrota que infligieron a las invasoras tropas francesas y cuya tradición mantienen en anuales Jornadas Gastronómicas.
En este rinconcito rural junto a la Casa Natal de Armando Palacio Valdés, está su busto como homenaje y recuerdo. El Centro de Interpretación, que se abrió en el año 2003, realiza una excepcional labor de divulgación turística cultural del Concejo de Laviana. El bosque que se ve al fondo, es por donde he iniciado la senda de la Aldea Perdida. Les recomiendo si les gustan los callos muchísimo, que los encarguen previamente en el sencillo chigre Casa Sara, tel. 985 601 816 situado casi detrás del Museo Casa Natal. Son una delicatessen de altísimo nivel, que justifica la escapada.
Este bello edificio de Entralgo es la Casa Natal y Museo de Armando Palacio Valdés, además del Centro de Interpretación está la Oficina de Turismo. El espíritu y las ideas de este insigne novelista que fue dos veces candidato a obtener el Premio Nobel de Literatura aún perviven entre sus paredes. Muchas de sus novelas han sido transformadas por la magia del cine en películas de éxito.
Puente de Arco, a 1,5 Km. de Pola de Laviana, sigue manteniendo su bello y medieval puente para cruzar el río Nalón. Cada 15 de Agosto se celebra la fiesta de la patrona de La Pola de Laviana “La Virgen del Otero” y coincidiendo con esta emblemática celebración tiene lugar el Descenso Folklórico del Nalón. Recaben información en Internet sobre esta atractivísima fiesta del río, que les recomiendo que vivan alguna vez. Los Paisajes Protegidos de las Cuencas Mineras, aunque no son aún Reserva de la Biosfera, como el colindante Parque de Redes, en mi crítica y turística opinión, estoy seguro que se convertirán cuando los descubran en uno de sus rincones naturales favoritos para poder relajar sus cuerpos y espíritus. Por este puente se accede a las Foces del río Raigoso, les recomiendo que anden junto a su cauce hasta la cascada “el Pingón de la Requexa”, muy cerca de la aldea de Fombermeya. No he querido mostrarles ninguna foto de este desconocido paraíso para que lo descubran por Vds. mismos y no extiendan en demasía su salvaje belleza para así preservarlo como la Amazonía del Concejo de Laviana, bajo la sombra protectora de su ciclópea montaña Peña Mea.
En la Redondina, muy cerca de Villoria, a 380 m. de altura, GPS: 43º 12’ 44” Norte & 5º 35’ 14” Oeste, en un idílico y corto valle con la impresionante vista de Peña Mea frente a sus ojos, están el Restaurante Casa Pili y sus dos casas de aldea, www.restaurantecasapili.com , tel. 985 615 226. Visita obligada y superrecomendable a esta amplia y moderna instalación hostelera con abundante aparcamiento. Pilar Suárez, Carlos el encargado y la artista acordeonista Clary les ayudarán a vivir una jornada gastronómica memorable. Sus hijos fliparan viendo como se van haciendo lentamente los corderos a la estaca de Peña Mea. Prueben el cabritu con patatinos, el cordero a la estaca, el picadillo casero, la sopa de curruscos, las croquetas de cabrito, los escalopines de venado al cabrales, el jabalí, el corzo o el venado en caldereta, los callos caseros, las uñas de cerdo, el pote asturiano y de postre los bartolos, los frixuelos rellenos de compota de manzana asturiana, la tarta de queso o de almendra. Son tantas cosas ricas que mi recomendación es que se alojen en sus casas de aldea o en el Concejo de Laviana y traten de probarlo todo. Lleven con Vdes. sus prismáticos y así podrán ver desde cerca del restaurante en el macizo de Peña Mea uno de sus mayores tesoros, el Ojo de Buey de la ciclópea montaña.
En Tolivia, GPS: 43º 12’ 3” Norte & 5º 35’ 13” Oeste iniciamos el ascenso al mito ciclópeo del Ojo de Buey de Peña Mea. Por la carreterina rural LV-9 nos dirigimos a Les Campes que está a 5 Km. del cruce y a 78. de altura, desde donde iniciaremos el ascenso y que les descubro en mi próximo álbum nº 80. Esta imagen es un pequeño aperitivo de la sobrenatural belleza de Peña Mea cuyos murallones calizos atisban al fondo de la foto sobre las cabañas pastoriles y la ermita de Les Campes.
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